viernes, 3 de febrero de 2017



La llegada de este febrero me encuentra en un momento que puede por ahí invitar a pensarnos un poco, a ver a nuestro alrededor y seguir caminando para lo que viene.

Querría decirles que estoy entusiasmado, emocionado, feliz, esperanzado con el carnaval como fiesta nuestra de una comunidad que comparte con los vecinos esta fiesta del pueblo; no me fijo en el pasado cercano o en tiempos dónde era de otra manera sino que este 2017 con cierta incertidumbre arranca el carnaval en que las murgas arman, alquilan sonido, ponen buffet, espuma, cuelgan banderines, invitan a otras murgas, reparten los volantes, pegan carteles y los vecinos y vecinas vienen a vernos. Claro que no esta mal  tomar el espacio publico, armar una fiesta popular, me surgen algunas cosas para pensar

¿Qué emprendemos en el barrio para llegar a febrero con un carnaval barrial?

 ¿Qué acciones generamos con nuestros vecinos y vecinas involucrando voluntades? 

¿Qué  diferencia tenemos con aquellos viejos corseros?

 ¿Qué disputa real tenemos con el uso del espacio publico(los 365 días)?

¿Tenemos como murga una militancia de la cultura popular como proyecto o sólo reaccionamos cuando le tiran balas de goma a una murga, por ejemplo?

 ¿Qué agenda de la lucha popular tenemos en común para organizarnos y estar en la calle?

 ¿Lo nuestro es poder tener el mejor traje y la mejor murga para mostrar?

Después de muchos años de militancia, estoy repensando todo y cerca de los 40, ya con 17 años de andar me da por ver para dónde vamos, desde la murga  de la que soy uno de los fundadores hasta el espacio más grande como el Movimiento Nacional de Murgas. Pero pienso, por ejemplo, en la Agrupación Murgas o en la Red de Murgas de San Fernando,  Momo, Karma, Frente Murguero, Carnavaleando los barrios, etcétera y los tantos Encuentros Nacionales que hoy se realizan en el país.

¿Alcanza con marchar el 24 de marzo? Tantas idas y vueltas en los 40 años, me pregunto cuántos seremos este que viene que no tiene “0”.  ¿Podremos, seremos capaces de estar juntos y darle un ejemplo a parte de la sociedad, que la lucha por la memoria, la verdad y la justicia no se trata de quien es más poronga?  Ojalá que si...

Es un tiempo histórico dónde, no sé  ustedes, pero mis vecinos y vecinas están peor que antes, están endeudando al país y nuestros hijos y nietos la van a pasar peor todavía; y nosotros los murgueros y murgueras tenemos una “obligación” histórica, cultural y social de hacer y dar ejemplo porque copamos la calle, disputamos la palabra y le damos a el pueblo que no se maquilla, ni baila, una muestra contundente, de fiesta popular, porque desde hace años los medios le meten miedo, proponen enrejarnos en nuestras casas, que miremos cada vez más tele y nosotros los invitamos a salir al barrio  en un hecho revolucionario de los más importantes de este siglo.

Seguir y ¿de qué manera?  Sin dudas estoy en la idea de hacer siempre dentro de las posibilidades propuestas dignas, de calidad, porque somos capaces en los barrios de generar artísticamente siempre lo mejor que se pueda. Pero entiendo que en lo barrial tenemos que aunar experiencias que han logrado impregnar, contagiar, involucrar concretamente a los vecinos y vecinas porque nos dará más futuro en un tejido social debilitado o roto por estos tiempos.

¿Habrá posibilidad de una agenda común entre las murgas?

Los diferentes espacios organizados de murgas podremos juntarnos el 10 de marzo 2017 para confluir en algunos puntos hacia todo el año?

Hay una propuesta de armar 500 plazas culturales en todo el país con algunas consignas para que se realice el mismo día, a la misma hora. ¿Esto sería posible?

La correlación de fuerzas es fundamental ya que tenemos parada una Ley Provincial de Murgas (Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires) ley que construimos durante 3 años unas 90 murgas del Gran Buenos Aires en 7 plenarios, 100 reuniones y compartiendo los pre proyectos por email y Facebook para llegar a una propuesta que hoy esta cajoneada. Hay que generar en este 2017 ordenanzas de patrimonio cultural o interés municipal que vayan fortaleciéndonos,  respetando la historicidad y territorialidad en cada comuna y municipalidad para llegar a cada poder provincial del país a que en nosotros está la posibilidad en el mediano plazo de construir una Ley Nacional de Carnaval del Pueblo.

Así me encuentra el carnaval, con una mezcla de replantear y proponer nuevas formas de encontrarnos.  Pero encontrándonos de verdad.  Sentí tristeza que el pasado sábado 28 de enero,  al cumplirse 8 años de la desaparición de Luciano Arruga, eramos tan pocos (de mi murga 4) y unos pocos de 5 o 6 agrupaciones de la Ciudad y el Gran Buenos Aires.  Me preguntaba que es lo que nos importa, cuales son las causas por las cuales priorizar nuestras luchas, será que la militancia virtual juega un papel más importante hoy.  Parece que sí.

“La única lucha que se pierde es la que se abandona”.  ¿Cómo seguimos? La idea no es abandonar los senderos por los cuales muchos hemos luchado hace años en cualquier lugar del país, de lo que fuimos capaces de hacer y seguimos tratando de construir. Hace algunos años hablando de Suardi, en un plenario que realizamos en Moreno, vino un colega a decir frente a todos: "Nosotros no vamos a ir más a Suaradio porque se desvirtuó, mucho bardo” o algo así. La respuesta a eso fue: “¿Qué  hicieron ustedes por el encuentro? ¿Le pusieron el cuerpo; se encargaron alguna vez de algo del encuentro?”, Pasa mucho,  hablar, tirar ideas, apartarse de las construcciones.  Creo que es lo más fácil esperar que salga mal desde afuera y dar opiniones cobardes sin nunca haber intentado ir a los pre Suardis, armar, pensar y hacerse cargo de verdad, para criticar o desvincularse de algo de lo cual jamás tuviste la convicción de hacerlo propio.  Esta es la contra propuesta: hacer una agenda común donde las ideas sean acompañadas con el cuerpo, que las acciones contengan el contenido artístico, social, político y cultural que vaya afianzando los fines reales ya que todos buscamos algo en participar de un proyecto emancipador.  Si no al vació de contenido viene la falta de ganas y así nos quedamos sin los aportes que nos enriquecen.

Hoy es un carnaval de transición  porque no es sólo febrero, no es la marcha del 24 de marzo, no es el Campamento Juvenil Murguero, no son los encuentros regionales, Suardi, los encuentros nacionales que se hacen en todo el país.  Si no nos encontramos, si no tiene sentido y no hay un proyecto común primero en una murga, los espacios organizados estamos condenados a ser un grupito de murgueros con buenas intenciones que no alcanza a aportar a desarrollar un carnaval familiar, gratuito, comunitario y participativo.

¡Qué tengan el carnaval que estén buscando, quéseamos felices y nos encontremos con nuestros vecinos y vecinas, qué los murgueros y murgueras busquemos la excelencia con contenido artístico, social y político, salud!