domingo, 18 de febrero de 2024

 

El secreto mejor guardado pero peor cuidado de la cultura popular: la Murga Metropolitana y/o sus afines carnavaleros. Apuntes al respecto.


Por ARIEL PRAT 

Aproximación. Territorio intangible construido por la expresión barrial, el secreto mejor guardado pero peor cuidado de la cultura popular: la Murga Metropolitana y/o sus afines carnavaleros. Por un lado, las diversidades urbanas que van más allá del festejo del carnaval. Por el otro, performance murguera en la calle o escenario.

La comunidad toda entre tantas ignorancias bien aprendidas, el significado del género, desde el desfile de un centro murga pasando por una agrupación humorística, o la vieja comparsa negra que se blanquea en el tiempo. Sin estos berretines el festejo del carnaval ya no existiría. El folklore orgullo nacional que se transmite desde nuestras tribunas al mundo, sin la murga y sus creadores tampoco. La rítmica y la oralidad, lo coral multitudinario en sí, certifican el encanto con origen en la murga metropolitana. Pero el pavote medio porteño, que solo se siente argentino cuando juega la Selección, desprecia y ningunea el carnaval callejero con sus murgas, bien provisto de los tics que sobreviven en un sector importante de la clase media tilinga. Y luego votan.

Lo pavote. El desfile murguero es la recreación de aquellas comparsas candomberas porteñas. Las rondas de directores antes –Matanza ahora-, herederas de los encuentros de las naciones (Angolas, Mozambiques, Congos, Minas…) unidas en el baile, el movimiento de piernas y cuerpo en la Rumba, no son más que los elementos disueltos en la milonga bailada. Luego se incorporan otras danzas populares desde la tarantela hasta el hip hop moderno. ¿Por qué suben las manos trepidantes enguantadas murgueras como buscando arañar la luna? Un tal Fasulo lo pergeñó y Ova la pochola de Palermo inició el estilo «momia» tan usado en los desfiles. Más de un porteño mediopelo cruzó el charco a buscar el bar dónde paraba un Molina que no lo pisa más. Duele que con los carnavales se oculte o ignore el valor cultural que representa el género y personajes invalorables de nuestro modo de ser.

Personajes. Tuvimos en la murga un regisseur de alto nivel salido del Teatro Colón: Quique Molina, pionero para armar con actores y actrices una murga con todos los condimentos originales del circo criollo: Los Privilegiados del Plata. Fue hasta su partida al otro corso, el glosista presentador del Centro Murga Los Fantoches de Villa Urquiza. La rompía el maestro de la «crítica» con su voz de cancha y peronismo: El Tano o el Loco Mingo. Verdadero artista popular que por años agitó poesía atorranta desde el corazón de la tribuna millonaria. Cantamos con pena una retirada por ellos. En estos días por suerte celebramos el cumple del ínclito glosista y animador de las noches murgueras, rodeado de acólitos a los que triplica en edad con sus 87: don Juan Carlos Muralla.

Párrafo aparte para los bombistas esforzados y plenos de rítmica afro que se abrazaron al gran membranófono sobreviviente de nuestra cultura: el bombo, que con el tiempo ocultó a los tambores marginados, para que con los años y sus carnavales se convirtiera en símbolo de la negritud sincretizada y a mediados del siglo XX como «aluvión» incorregible. Curioso es que el bombista y su instrumento aún no formen parte de los festivales de percusión. Imposible obviar al gran Teté o a Lorenzo, a sus herederos: Ale Caraballo y tantos pibes y pibas, brillantes instrumentistas en cada barrio del AMBA. Sabiduría y esquina, don de gente y transmisión sin egoísmo, brilla aún como una lentejuela tatuada en el pecho, de El Abasto a Barracas, el gran Tato Serrano, múltiple y talentoso. Mi especial recuerdo sentimental.

La calle que espera. Salir a la tarde cuando cae en el ocaso, sillita replegable y nieve escondida para sorprender a familiares o vecinos, birrita o afines y meterse en algún corso cercano entre nieves perecederas y humo a bondiola o chori. Sugerencia: los de barrio puro(*), que no necesitan la venia del caretaje institucional burócrata y sus avatares, aunque hoy debamos salir más que nunca a defender el espacio ganado con la fuerza de la ley en cada corso «oficial» ante el embate de quienes creen que la murga nació en el Rojas, vino de Montevideo o que es una despreciable costumbre de salvajes que bailan como monos. Para este año, la jugada del gobierno de CABA es golpear duro al festejo popular, recortando presupuesto, quitando apoyos logísticos y librando a la meritocracia murguera para que se arreglen como puedan. Habrá que seguir peleando para ennegrecer la historia que se escribe desde los cuerpos danzantes y no desde las máscaras venecianas de los caretas. La calle no es un corte en carnavales ni piquete; es pura expresión cultural patrimonial y sobre todo arte popular transmitido por miles, desde el pibe/piba que baila con ilusión en febrero, hasta quien confecciona los simbólicos apliques, o sostiene la organización, directores o directoras. Sí, directoras aunque no descubran el carácter inclusivo en un género que ya no es un «grupo de muchachos que salen a divertirse» o un «mal conjunto musical». Desde la pionera Tana Lucía en El Abasto, hasta la voz maravillosa de Sole de Los Elegantes de Palermo, pasando por el trabajo en escena de Luciana Vainer de Quitapenas o las glosas feministas de Belu en Atrevidos x Costumbre. Las mujeres sacuden la modorra conservadora de los defensores de la sociedad machirula.

Patrimonio. Hay una estética diversa que defender y desarrollar, y al mismo tiempo promover. La iconografía metropolitana que reúne música, danza, poesía, escenografía, destreza e inclusión social y para eso no solo es menester atender el presupuesto; también lo comunicacional, cómo explicar y ofrecer el espectáculo a la comunidad para que se entienda a fondo de qué se trata y aprenda a valorar la cultura carnavalera. Es el mismo proceso educativo y comunicacional con el que nuestra sociedad se envuelve en su dilema: alejada de los bienes de la comunidad organizada pero tan cerca de lo líquido e impúdico que propone una mundialización de la pavada, el goce de la piel urbana y su extensión corporal social. A concederse entonces este espacio que alumbra las esquinas y es tan nuestro como necesario, indispensable en tiempos de esquirlas de motosierras eunucas clonadas en retroceso de lo que genera fraterna humanidad.

Besos de esquina y abrazos de cancha.

(*) Corsos off que resisten:  «Iluminados x Urquiza» (Bauness y Chorroarín, La Paternal), 12 y 17/febrero. «Corso de las ranas» (Grito de Asencio y Pepirí, Patricios) 16 y 23/febrero. «Corso Pituco» (Cuenca y Baigorria, V. del Parque) 10 y 11/febrero. «Museo vivo del carnaval» (actividad paralela y autogestionada) en La Boca (Teatro Brown/Club Nápoles). Charlas, muestras, show. El 23, a las 20, peregrinación por La Ribera y gran baile, gratuito y «tomando las calles que son nuestras».

viernes, 16 de febrero de 2024

 

No privaticen el carnaval

Por Santiago Reich, Técnico en Gestión Cultural e integrante de los Descarrilados de Parque Avellaneda.


Este año los corsos de la Ciudad de Buenos Aires también fueron víctimas del ajuste, en un claro reflejo del ataque a la cultura popular que venimos sufriendo hace años.

Si bien la política cultural hacia el carnaval porteño siempre está en discusión -ya que hay una ley de patrimonio que obliga al gobierno a realizarlo y no lo quieren hacer, porque para ellos es un gasto y un corte de calle-, este recorte llega ahora porque se alinea a lo que pasa a nivel nacional, con el protocolo instaurado por Patricia Bullrich.

Ahí hay algo que hay que cuestionar y discutir que es que se está perdiendo la calle en las celebraciones populares y barriales, y la utilización del espacio público como lugar de legitimación de la cultura y la libre circulación. No nos olvidemos que el espacio público es el que permite encontrarnos todos, todas y todes a disfrutar o simplemente cruzarnos, sin una restricción económica, social, política.

Otro análisis para hacer es la importancia de la comunicación con respecto a este tema. En los últimos 10 años aproximadamente se viene comunicando desde ciertos medios sobre los cortes y no sobre el festejo. He revisado las tapas de los diarios, por ejemplo del medio Clarín, y titulan “vuelven los corsos con 35 cortes de calle”, y no “vuelven las 35 fiestas populares barriales”.

Todo colisiona en este contexto actual, donde además se propone la privatización de la festividad con un proyecto de ley que busca la derogación de las normas sobre el Carnaval Porteño y la prohibición de organización y de erogación presupuestaria para estos eventos por parte del GCBA (Exp. 2902-D-2023).

Esto va a provocar que algunes puedan acceder y otres no. Pero también va a generar una contrapropuesta. Como en el caso del de Gualeguaychú, que tiene como contraparte el Corso Popular Matecito.

Pero ahora quieren achicar la propuesta oficial y cada vez más la popular, la contracultura. Con esta mercantilización están tratando de callar a lo que está por fuera del circuito.

Ser más de lo que somos

El carnaval es el permitirse ser con las diferencias. Es el que nos permite encontrarnos para poder celebrar más allá de todo lo que nos suceda en la cotidianeidad. Es el momento de ebullición de todas las malicias que uno vive en el día a día para olvidarlas por un rato.

También es el que nos conforma. Ser carnavalero hace que mi vida sea de una forma, que piense y entienda el mundo desde esa manera, desde la colectividad, la comunidad y desde una fiesta que tiene que ver con descubrirnos todes iguales. Creo que este festejo nos invita a eso, a ser un poco más de lo que somos.

Para mí, ser parte de los Descarrilados tiene que ver con mi forma de vida y de ser. Los Descarrilados han sido formadores de lo que soy como sujeto colectivo, con mi trabajo, mi formación y la apertura hacia nuevos compañeros. Ellos han sido el primer escalón que me llevó a ser Técnico en Gestión Cultural y actualmente estar escribiendo una licenciatura.

También han sido la expresión popular que he encontrado para llevar adelante la cultura de una forma horizontal.

No hay que olvidarse que esto es un patrimonio vivo, intangible, que se transmite de generación en generación. Transmitirle a un niño de 8 años, desde mi conocimiento, cómo tocar el bombo con platillo tiene que ver con mantener encendida esa llama. Y creo que Descarrilados ha sido, a lo largo de su trayectoria, gran fundador y formador de murgueres, murgueras y murgueros.

Asimismo, este grupo surge en el Parque Avellaneda, tiene la identidad del barrio, ha defendido la Ley 1153 y el Parque sin rejas. Y por eso no puedo más que estar en contra de las privatizaciones, la censura y el silenciamiento de las voces disidentes.

La Ciudad de Buenos Aires crece cada vez más y en esa globalización y actualización de la comunicación, de la cultura, de los géneros, hay que aprender a aggiornarse pero a su vez hay que respetar los patrimonios. Y el carnaval es algo que hay que sostener, al igual que la utilización del espacio público y la cultura popular entendida en su multiplicidad de formas.

lunes, 6 de marzo de 2023

 

Reflexiones acerca de los Carnavales Porteños, febrero de 2023

Por Osvaldo "Melli" Cicero 


Sorpresivamente el pasado fin de semana (feriado de Carnaval) varios políticos utilizaron sus redes, como lanzamiento de campaña, para destacar la molestia que generamos a los vecinos de Capital Federal. Por dicho motivo, me interesaría aclarar algunos puntos, desde mi lugar de murguero. 


Salgo en la murga desde hace 35 Años, el desprestigio hacia el arte que propongo mostrar en las calles en el mes de febrero, durante 10 lunas de carnaval, ha ido escalando, considerándolo últimamente un ataque a la cultura y a mi persona. 

Me han dicho en esta última semana que participo de cortes de calle. Desmiento eso, participo de desvíos de tránsito autorizados por el organismo competente, al cual se le ha solicitado autorización previa, otorgada e informada en diferentes plataformas por la realización de Corsos, (lugar donde se celebra la fiesta de Carnaval, donde se pueden ver diferentes espectáculos, murgas, cantantes, juegos de disfraces, grupos barriales, etc.)

Me han dicho en esta última semana que soy utilizado para bajar línea política. Desmiento eso totalmente.  Soy cantante de entrada y retirada en la murga que participo y nuestras criticas, tal cual su nombre lo indica, muestran de manera picaresca la realidad del país, en algunos casos atendiendo al gobierno de turno, ya sea nacional, o de jurisdicción, pero desde un lugar de libertad de expresión.

Me han dicho esta última semana que soy financiado para decir tonterías. No recibo ningún subsidio como murguero de manera personal; sí aclaro que la murga en la cual participo recibe por la participación de sus mas de 150 integrantes un subsidio por las funciones realizadas en los espectáculos del carnaval porteño  que sale del presupuesto de cultura del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, siendo todo publicado en los boletines pertinentes, encontrándose el mismo percibido de forma transparente por la murga, y que dicho monto, no alcanza ni siquiera, para cubrir el 25% de los gastos que ha debido afrontar para poder desarrollar su arte durante el mes de febrero.  El resto sale de nuestros bolsillos, mediante rifas, merchandaising, CDs, etc.

Hablan de la poca participacion del vecino, en este tipo de celebraciones, quedando demostrado, que cuando hay publicidad, los mismos son multitudinarios, ejemplo:  en el corso de este 2023 en la  Avenida de Mayo se puede ver, que la fiesta fue en calma y en paz, desarrollando un evento GRATUITO para toda la familia, con la participación de diversas demostraciones de cultura, música, murgas, cntantes, etc.etc.etc.

Fueron suspendidos 4 corsos, de los 35 programados en diferentes fines de semana de febrero, por cuestiones de seguridad.  Si encontrándonos en temporada de vacaciones, sin eventos adicionales multitudinarios, no se puede contener algún posible desborde, del cual hay conocimiento, creo que hay un problema de gestión desde dicha división del organismo.  No veo que suspendan los partidos de futbol  por cuestiones de seguridad, como manera de prevención.

Ojala, se pueda refundar, la fiesta del Carnaval Porteño, del que soy parte, entendiendo que dicho arte es TRADICIONAL, HISTORICO y sobre todo PATRIMONIO CULTURAL de la CIUDAD de Buenos Aires.

Espero que hayas disfrutado del FERIADO, tal como lo disfrute yo.
Saludos, de un Humilde Artista Murguero del Carnaval Porteño.

jueves, 24 de septiembre de 2020

PANDEMIA 2020 


Iniciativa de las murgas del circuito de la ciudad de Buenos Aires.

𝐋𝐚𝐬 𝐦𝐮𝐫𝐠𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐫𝐭𝐞ñ𝐚𝐬 𝐝𝐢s𝐞ñ𝐚𝐧 𝐮𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐩𝐫óxi𝐦𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐧a𝐯𝐚𝐥

Más de 100 agrupaciones del carnaval porteño presentaron un Protocolo de Covid 19 al Gobierno de la Ciudad.
Con la aplicación de un protocolo especial, la comunidad carnavalera busca proyectar y prepararse para la celebración del Carnaval, atentos a las restricciones que impone la pandemia y priorizando el cuidado de la salud.
A menos de cinco meses de las fechas del Carnaval, las murgas porteñas, que se vienen reuniendo en forma virtual desde hace más de tres meses para analizar las posibilidades y modalidades del carnaval, presentaron en los últimos días un Protocolo Covid 19 al Gobierno de la Ciudad para reactivar la práctica de los ensayos, cumpliendo con las normativas vigentes.
El objetivo es mantener vivos los festejos del dios Momo, la histórica y popular celebración, y seguir fomentando la identidad social y cultural de los barrios, con la ilusión de cada murga y de los 15 mil murgueros de la ciudad, de seguir escribiendo la historia del carnaval, aunque en el próximo febrero deban adaptarse al contexto actual.
El Protocolo para el retorno a los ensayos de las agrupaciones murgueras plantea entre otras medidas, las referidas a los lugares, modalidad y tiempos de ensayos, uso de los instrumentos musicales, además del distanciamiento social preventivo y obligatorio, uso de tapabocas y sanitización individual y de los instrumentos en forma permanente.
En este marco, proponen ensayar en “parques, plazas, plazoletas, anfiteatros, polideportivos y espacios al aire libre en general”, donde los ensayos serán por bloques con una cantidad restringida de gen-te, mientras que si se realizan en locales, salones, teatros u otros lugares cerrados es imprescindible además “la sanitización del espacio antes, durante y posteriormente a la actividad”, destaca el Protocolo.
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Área de Prensa y Difusión Murgas del Circuito Carnaval Porteño

 Lanzamiento de la Revista “Gestar Carnaval”

Revista de carnaval, interactiva, de distribución gratuita y construida a partir de la participación que apuesta por la construcción de un espacio pensado para difundir los saberes, reflexiones y opiniones sobre el carnaval. Contacto:
Museovivocarnaval@gmail.com



lunes, 21 de mayo de 2018






Ataquen al carnaval, sean snob, es una orden (de otros, no mía)
Por Ramiro Giganti





Los imperativos sociales nos afectan a diario. Por las buenas o por las malas, un corte de calle por una obra inconclusa, por un reclamo legitimo o no, por una carrera del TC, un partido de fútbol o recital en un estadio, entre muchas otras cosas, irrumpen un espacio generando distintas interpretaciones según la situación de cada uno. Llama la atención que la mayoría de estas irrupciones no tienen repercusiones mediáticas, salvo cuando se trata de manifestaciones o de festejos populares. Un bache eternamente en reparación, como los que suele haber cerca de mi casa, entre muchos otros barrios porteños pasa desapercibido, incluso en grandes avenidas… un corso, o un corte de calle por un reclamo legítimo, no. La cancha de River, o el estadio Obras, cortan la avenida Libertador (y en el caso del primero también Figueroa Alcorta) en cada evento, pero curiosamente no recuerdo repercusiones negativas. Vale agregar un detalle no menor, todos esos eventos (algunos de ellos desde mis gustos o preferencias valiosos, otros no) no son de acceso libre y gratuito, muchos de ellos (sobretodo cuando se trata de artistas internaciones) de un costo casi impagable para la mayoría de los argentinos honestos, ya que sus entradas merodean el 10% del salario promedio, en sus ubicaciones más accesibles.



Los corsos, tanto los oficiales subvencionados por el Gobierno de la Ciudad o por el nacional, como los corsos independientes autogestionados por murgas o centros culturales, son de acceso libre y gratuito.Cualquier persona, sea cual fuere su presupuesto personal, puede ser parte de él. Tal vez no en comerciales y extravagantes corsódromos privados como pasa en Gualeguaychú, donde incluso la organización a pesar de los suculentos precios de sus entradas, deja mucho que desear por ejemplo en la venta (y reventa) de entradas. Pero volviendo al carnaval, esa fiesta popular milenaria cuya diversidad de tradiciones y festejos recorre el mundo entero, la fiesta representa una diversidad de expresiones, festejos, críticas y juegos.



En gran parte de Argentina, principalmente Buenos Aires, pero también en casi todo el país, las prohibiciones han afectado duramente tanto a la tradición, la inserción masiva, como en la calidad artística o de sus contenidos, pero aun así no pudieron erradicar el carnaval ni tampoco ninguna de las características mencionadas anteriormente. Mientras que nuestros vecinos de Uruguay, a pesar de haber tenido dictaduras, pudieron tener una continuidad en su evolución artística, como Bolivia en sus tradiciones (que en nuestro noroeste, como en Jujuy, donde el feriado de carnaval había sido recuperado con anterioridad, también se pueden disfrutar festejos con similar tradición y nivel de inserción).



Las críticas hacia el carnaval, hacia las murgas porteñas, o simplemente hacia los cortes de calle, suelen tener un nivel de análisis, de conocimientos sobre el tema, e incluso de retórica muy flojo. Para mencionar un caso, el artículo publicado en el diario Clarín el pasado 9 de Febrero, firmado por Marcelo Pisarro, exhibe un nivel de análisis tan flojo (o más) que el de las murgas que dice criticar, aunque no las menciona con nombre y barrio como para que sepamos de quienes hablan en que corsos las vio y el porqué de sus críticas o como prueba de su “pobreza artística”, o simplemente a que corso fue como para saber si quienes estaban se divertían o no.







Profundizando un poco el análisis






La diversidad que existe entre distintas murgas de distintos lugares es amplia. Hay algunas diferencias enormes identificables a primer vista (como diferencias a una murga porteña de una uruguaya, o de otras agrupaciones de carnaval como comparsas que también albergan una diversidad enorme), otras más minuciosas (como pasos de baile carácteristicos de diversos barrios porteños) y que no siempre se respetan a rajatabla hoy. Desde las primeras murguitas de barrio, surgidas a principios del siglo XX (o probablemente antes) a los centros murga (proceso que se da a mediados del siglo XX donde las murguitas de cada barrio se juntaron para crear un centro murga que represente al barrio), todo con avances y retrocesos relacionados a las prohibiciones que hubo en distintos momentos de nuestra historia, hasta llegar a la más dura: el decreto 21329/76 que prohibió no solo los feriados sino el carnaval como festejo durante la dictadura militar. A mediados de los 80, se empezó a reconstruir el carnaval buscando recuperar gran parte de la historia que había sido borrada (aunque no toda), y a su vez seguir creando y recreando el género.


Con poco (por no decir nulo) apoyo institucional se formaron talleres de murga y se fueron creando lazos con viejas murgas porteñas que seguían vivas.


Hacia fines de los años 90 no existía ningún subsidio estatal a murgas, la presencia del estado en los carnavales, solo se limitaba a prohibir corsos y reprimir ensayos (algo que actualmente sigue sucediendo). En ese entonces había murgas para ese momento “nuevas” surgidas de talleres como Los quitapenas, Los Crotos de Constitución, los descontrolados de Barracas, Malayunta o Cachengue y Sudor que convivían con murgas más “viejas” como Los Pegotes de Florida (la murga más vieja que hoy sigue en actividad surgida en los años 20) Los Reyes del movimiento o los Viciosos de Almagro. Poco tiempo después, en 1999 se formaría en la villa 31 la murga Los Guardianes de Mugica, donde tuve el orgullo de participar durante muchos años, y que junto con otras murgas es un testimonio vivo de la función social de muchas murgas integradas principalmente por chicos y jóvenes en barrios populares.


En esos años (los últimos de los 90) no había presupuesto estatal para murgas. Pero sí, después de algunas idas y vueltas, había murgas que se juntaban y que se empezaban a movilizar buscando la recuperación de los feriados y el reconocimiento de las agrupaciones de carnaval. Entre algunas murgas y murgueros (A las murgas mencionadas se puede agregar el músico Ariel Prat, el Coco Romero, o el “agendero” Diego Robacio, entre otras personas) organizaron la primeras marchas por el feriado de carnaval, de donde surgiría la agrupación M.U.R.G.A.S y luego también el Frente Murguero, que le agregaría algo de más ideología al manifestarse y sumar murgas en las marchas de los 24 de marzo o las viejas marchas de la resistencia. Esas primeras marchas (a fines de los 90) fueron sin dudas genuinas, pero las conquistas logradas inmediatamente fueron generando conflictos internos. Las respuestas llegaron por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde se creó un circuito oficial de corsos y un organismo hoy vigente: la Comisión de Carnaval, dependiente de la secretaria de cultura del GCBA (Dirección de festejos populares y ornamentación), para el año 2001 además de tramitar permisos para festejos y cortes de calles, el GCBA empezó a destinar un presupuesto (muy chico) para las murgas por cada actuación en corsos oficiales. Demás está decir, que ese presupuesto estaba muy lejos de cubrir los gastos mínimos que cada murga tenía (trajes, fantasía traslados, etc.) aunque poco a poco se iría incrementando, lo que además generaría las primeras internas: primero se excluyó a las murgas que no eran de la Capital, pero al seguir creciendo también se impuso una evaluación que dejaría algunas murgas afuera dejando lugar solo para “las mejores”.



En primer lugar vale acotar que no es la primera vez que se mete un gobierno a regular lo que no debe ser controlado. La historia de represión, y posterior permiso acompañado de regulación y control, no es nueva. Existen numerosas estrategias gubernamentales para controlar y “permitir” el festejo. Algunos de ellos están documentados en diversos documentos oficiales (edictos policiales, crónicas periodísticas y solicitadas públicas) que, pueden demostrar la voluntad de los diferentes gobiernos, de controlar, pero también de sancionar esos festejos restringiendo la subversión del orden durante unos días para que permanezca vigente el orden los demás días del año. Una tradición de control y sanción por parte de las autoridades, que acompaña a estos festejos desde hace siglos, incluso milenios, y ha contado con su versión local en estas tierras. En 1770 durante el Virreinato del Río de La Plata, los carnavales ya eran foco de la atención oficial, dado que se trataba de festividades protagonizadas principalmente por los negros esclavos. Estas fiestas eran consideradas “escandalosas”, groseras, desenfrenadas; por lo tanto el Virrey Vértiz, quien detentaba en ese entonces el Gobierno de Buenos Aires, promulgó un bando por el cual establecía la prohibición de dichos festejos, con un castigo de 200 latigazos a quien intente llevarlas a cabo mediante “los bailes y toques de tambor”. El carnaval fue proscripto mediante dos órdenes reales de Carlos III, el 7 y 14 de enero de 1773, alegando que nunca “habían sido permitidos, y que debería dominarse el “escandaloso desarreglo de costumbres” que se estaba produciendo en la ciudad de Buenos Aires, gracias a los festejos carnavalescos.


Sin embargo, ya en ese entonces se aplicaban distintos dispositivos de control que no se limitaban solo a la prohibición y represión. “La Ranchería”, es un galpón de madera y paja inaugurado en 1783, en un principio para exponer obras teatrales, en la actual esquina de Perú y Alsina, en dónde posteriormente se realizaron bailes de carnaval luego de que Vértiz los autorizara nuevamente, algunos argumentos para justificar dicha autorización están ligadas a “poder controlar dichos festejos”. En la época del virreinato los carnavales fueron foco de atención de los distintos actores de la escena del poder en esos días. Por un lado, se convirtieron en un objeto de interés en la puja por el poder entre la corona y el Virreinato; por otro, se transformaron en “un ámbito de disciplinamiento de las almas y los cuerpos”. El primer corso en Buenos Aires, que tuvo lugar en 1869, en la calle Hipólito Irigoyen, entre Bernado de Irigoyen y Luís Sáenz Peña, existieron numerosas situaciones de festejos, controles, prohibiciones y permisos entregados con intenciones de obtener “réditos políticos”. Previo a ese corso, y a la creación de la primer comparsa en 1858, durante el Gobierno de Juan Manuel de Rosas, el carnaval había sido nuevamente prohibido el 22 de febrero de 1844. Las celebraciones se reanudaron recién en 1854, con Rosas fuera del poder. Pero el carnaval volvió muy reglamentado, se realizaban bailes públicos en diversos lugares, previo permiso de la policía. Había mucha vigilancia policial para prevenir los desmanes de las décadas anteriores.



Me pregunto si el supuesto antropólogo Marcelo Pisarro conoce estas historias, si las ignora y escribe desde su ignorancia o si solo escribió tan pobre artículo porque “es una orden”. Me pregunto si la ausencia de un linaje histórico convincente de la que el habla existe en sus conocimientos en los que no hay una historia del carnaval porteño. Si la primer incapacidad es la incapacidad de este sujeto para conocer, estudiar e interpretar la historia del carnaval porteño y argentino.


Pero volviendo a la historia más cercana, la de la reconstrucción del carnaval, que es una historia aún en proceso, voy a seguir para hablar de los siguientes años, los más recientes que son además los que me tocó vivir y ser una parte de todo este proceso: para el año 2002 luego del “Argentinazo”, las murgas se multiplicaron. Muchas se juntaron con asambleas barriales, se formaron nuevos talleres en barrios, y también se multiplicaron corsos y participaciones de murgas en festivales y centros culturales. Mi primer ensayo con la murga Los Guardianes de Mugica fue el 21 de diciembre del 2002, un dia después del primer aniversario de lo que fueron los días 19 y 20 de diciembre del 2001. En ese entonces los guardianesformaban parte del Frente Murguero y del circuito oficial de Bsas, pero con muchas críticas, ya que los reglamentos impuestos perjudicaban mucho el andar social de la murga. Tanto la Agrupación M.U.R.G.A.S como el Frente Murguero, habían quedado atrapados (desde nuestra opinión en la murga) en las mezquindades institucionales: por un lado los reglamentos impuestos y por otro la no contemplación de diversidades. En el año 2004 la murga Cachengue y Sudor abandonó el circuito oficial de carnaval, y un año después lo hicimos nosotros, generando algo que vale la pena recordar hoy: una murga formada en una villa, con mayoría de chicos, sin recursos, le decía “no” a las prebendas del estado, que no pudo darse el gusto de expulsar a la murga con un puntaje bajo, ya que los años anteriores la murga había aprobado las evaluaciones sin dejar de cuestionarlas. Junto a Nelly Benitez, fundadora de la murga, y a muchos de los pibes aprendí lo que es la dignidad de los humildes, o mejor dicho ellos me enseñaron. Es facíl siendo de clase media o alta tener una banda de música y decir “soy independiente” porque papá me compra todo, pero en una villa donde se suele criminalizar a sus habitantes y acusarlos de vivir de prebendas, y donde deberían estar la mayor parte de los recursos estatales, se le diga que no, por rechazo a las contraprestaciones más que por un capricho debería ser una lección ética para todos. ¿Sabrá el señor Pisarro que tanto Los guardianes de Mugica de la Villa 31, como Los Piratas de Fiorito, tienen muchas salidas y corsos autogestionados en sus barrios sin ayuda estatal, como muchos otros corsos organizados por murgas independientes a lo largo y ancho del Gran Buenos Aires y también en otros puntos del país? ¿o su ignorancia es tan grande que tampoco lo sabe?



Durante el año 2005 se formó un nuevo espacio: Murgas Independientes, integrado por murgas de Gran Buenos Aires, algunas de capital junto con muchas otras de distintos barrios del conurbano. A partir de ahí se le dio forma a un circuito independiente de corsos autogestionados, la mayoría organizado por murgas, aunque se sumaron algunos organizados pro centros culturales. Además de los carnavales, y de articular iniciativas o emprendimientos particulares de cada murga, también se realizaron numerosas actividades de formación: plenarios murgueros, talleres, festivales, campamentos murgueros (con actividades sociales y de formación para jóvenes no solo sobre el carnaval). También este espacio de Murgas Independientes participó de otros espacios como el Encuentor nacional de Murgas que hace mas de 10 años se realiza en octubre en el pueblo de Suardi, provincia de Santa Fe, donde murgas de todos los puntos del país se juntan, hace talleres, intercambian ideas y actuaciones. También en la ciudad de La Plata, un grupo de murgas platenses hace una actividad en diciembre desde hace mas de una decena de años llamada “la marcha carnavalera”.



En Rosario existe un movimiento en crecimiento, actualmente agrupado en AgrupaCarRos (Agrupaciones Carnavaleras Rosarinas), pero en el ámbito murguero un grupo de murgas (Caidos del Puente, Los inundados Okupando Levitas, entre otras) se venían reuniendo hace algunos años, incluso organizado un encuentro nacional de murgas en junio del 2009, donde participaron murgueros de distintos puntos del país y del cual tuve la suerte de formar parte.



En Cordoba existieron también distintos espacios o colectivos de murgas como la Revuelta Murguera, cuyas murgas tenían participación en diversos espacios de Derechos humanos. También hubo otros colectivos de murgas. Algunas murgas de Córdoba Son Caprichoso Rejunte, Cosa de Locos, Fisurados por la Historia, entre muchas otras, también hay murgas en otras localidades cordobesas como Chau Florencio de San Francisco o los zangungueros de Villa Giardino. Las murgas de cordoba suelen caracterizarse por un importante contenido teatral y crítico en sus espectáculos.



En Mendoza existe también un conjunto de murgas con sus características particulares. Siempre son recordados Pablo Cofla y Gamuza tres chicos que murieron atropellados durante un festival un 18 de diciembre, de allí ese día es reconocido como “el dia del murguero”. Las murgas mendocinas se caracterizan por tener un predominio de lo circense: zancos, malabares y swing, y la percusión es particular: no está tan focalizada en el bombo con platillo aunque muchas murgas mendocinas lo han incorporado.


En Jujuy , si bien su historia de carnaval tiene otro anclaje, también existen murgas, y de muy buen nivel. Falta un Tono es una de las mejores murga sque ví en mi vida, con un espectáculo excelente desde lo musical y lo escénico, con mucha diversidad de estilos pero con un estilo claramente murguero.



También existen murgas en la Patagonia y en diversos puntos del país, muchas de ellas inspiradas en el modelo de murga porteña, pero con sus particularidades.







Algunas críticas internas







No sería completo el aporte si se limitara a idealizar. El carnaval me dio grandes amigos. Hay excelentes personas formando parte de muchas murgas, hay grandes artistas también. Pero no es todo ideal. Lamentablemente existen murgas dirigidas por punteros políticos, y/o murgas con perfil de “barrabrava”. Lamentablemente las reglamentaciones y la intervención del estado y sectores de poder político en el carnaval, en lugar de promover todo lo lindo mencionado en este artículo muchas veces promueve esto último. Murgas cuyos directores llevan a sus integrantes a actos partidariso a cambio de prebendas, incluso para políticos que el año anterior criticaban. De la misma manera que un barra que suspende un partido o mata a una persona no es representativo de todos los hinchas de futbol, tampoco podemos reducir a todas las murgas de ser de esta manera.


También la monotonía impuesta por los jurados del circuito oficial porteño, que se legitimaron con la excusa de “mejorar el nivel artístico” en muchos casos generaron lo contrario: murgas que en su afán de “hacer los deberes” se limitan a tener los trajes trajes y las fantasías, a hacer los mimos ritmos que otras murgas y a no innovar en sus ofertas artísticas. Si bien desde Murgas Independientes, y también murgas que forman parte del circuito oficial se realizaron muchos talleres, cuesta difundir la historia del carnaval, que los pibes se metan más en los riquísimos contenidos que existen en el carnaval. Eso genera que quienes tienen prejuicios, si llegan aun corso donde se topan con 3 o 4 murgas que innovan poco, y no ofrecen importantes contenidos desde sus escenarios, terminen creyendo en notas reduccionistas como la mencionada del pasado 9 de febrero.



Por otra parte, sin haber pasado nunca por ningún jurado, murgas como Prisioneros del Delirio de Sarandí, Espíritu Cascabelero, o Los Que Quedamos de Ituzaingó ofrecen espectáculos de gran calidad. Me pregunto si Pisarro se anima a decir que Prisioneros del Delirio tiene un modo de ejecutar sus instrumentos rutinario e impreciso, me atrevo a intuir que jamás los vio, y que si alguna vez lo hizo le “ordenaron” olvidarlo, solo así puede escribir lo que escribió creyéndose no faltar a la verdad. Seguramente tampoco puede haber visitado corsos independientes autogestionados por sus murgas como el Corso de Arpillera organizado por Cachengue y sudor, donde la presencia del estado solo se ve para intentar evitar que el corso se haga como en muchas localidades del conurbano.






Final, sin órdenes







Por otra parte, la crítica representa un lugar muy importante en nuestros carnavales desde hace más de 100 años: existen en documentos referentes a la “Campaña al Desierto” menciones respecto al carnaval: Una nota del Diario La Nación, en 1872, revelaba el desvelo del Gobierno de la Provincia Y la Jefatura de Policía por el anuncio de una comparsa que se proponía representar la Expedición al Desierto. Las “súplicas” de la policía a los jóvenes de la comparsa hicieron que se desistiera del proyecto: “...Parece que la seriedad de la expedición al desierto iba a ser defendida, mejor que la frontera, en las calles de la ciudad y se temía una conflicto. En consecuencia, la comparsa “Expedición al Desierto” se ha disuelto; y queda allanada la cuestión de estado y el conflicto que tenía por base una broma de carnaval...” ¿Será eso lo que hace que algunos medios de comunicación contraten a mediocres profesionales de las Ciencias Sociales para cuestionar a los carnavales? ¿Será por eso que algunos gobiernos se desesperan por comprar murgas y mantener solo lo superficial de nuestros carnavales borrando parte de la historia reduciendo el carnaval a un par de feriados?













Fuentes consultadas (y recomendadas):
Puccia, Enrique: “Breve historia del carnaval porteño”, en “Cuadernos de Buenos Aires No XLVI”, Municipalidad de la ciudad de Bs. As; 1974.
Bajtin, Mijail: “La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento”, Ed. Alianza, Madrid, 1987.
Foucault, Michel: “Los anormales”
María Jones y María José Nacci: “Carnavales y Murgas Porteñas: antiguos y nuevos espacios de expresión urbana”
Revista Todo es Historia: “El Carnaval en la Gran Aldea”, por Daniel Omar de Lucía, febrero de 1995
Martín A. Cagliani: “Historia del carnaval bonaerense”
Ramiro Giganti "El carnaval, un festejo prohibido" http://argentina.indymedia.org/news/2009/02/655184.php
Petraccaro, Maria "De feriados murgas y Carnaval" http://www.anred.org/spip.php?article5824
Corneli Bárbara "Nos han dado la fiesta" http://www.anred.org/spip.php?article5825
Benitez Nelly, Guardianes de Mugica, Diamantes en el Barro


.... ¡y muchas otras mas!

martes, 15 de mayo de 2018



EL CARNAVAL CALLEJERO Y GRATUITO EN PELIGRO


COMUNICADO DE LOS DELEGADOS DE LAS AGRUPACIONES ARTISTICAS DE CARNAVAL DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
Los delegados de las agrupaciones artisticas de carnaval de la Ciudad de Buenos Aires (ordenanza 52039/97) hacemos nuestro el reclamo del conjunto de la comunidad del carnaval de la ciudad en contra de la encuesta llevada a cabo a partir del dia de la fecha (24 de abril de 2018) por la Dirección de Promoción Cultural del GCBA, no solo por ser contradictoria con lo prometido en la reunión que mantuvimos con el Ministro de Cultura y la Directora de Promocion Cultural de la ciudad con fecha 5 de abril de 2018, si no además por ser contraria al espíritu de la ley que los obliga como Estado de la ciudad a promover el carnaval y los corsos barriales (art. 3 de la ordenanza 52039/97 y su reglamentación),entre otras cuestiones.
Reafirmamos además que es condición innegociable para nosotros, representantes elegidos democráticamente por las agrupaciones de carnaval, y para toda la comunidad carnavalera de la ciudad, la continuidad en la realización de corsos barriales, libres y gratuitos. Si se actúa en contrario a este espíritu, será en desmedro de la cultura popular que dice promocionar la Dirección que generó, habilitó y difundió esta encuesta, y eso resulta antagónico con el mandato que nos han dado las agrupaciones de carnaval con sus votos. La encuesta a la que hacemos referencia, además de ser tendenciosa en sus preguntas,está orientada a determinados vecinos, por lo que tachamos de nulidad absoluta los resultados que se generen. Solicitamos que la encuesta sea sacada de las redes, que deje de enviarse por mail, que se anulen sus resultados y que aquellos que ya hayan sido relevados, sean eliminados sin generar consecuencias para las futuras acciones y gestiones que realice la comisión de carnaval, la dirección antes mencionada, así como el Ministerio de Cultura de la ciudad.
Esperando una respuesta consecuente con nuestro reclamo,los saludamos atentamente
Debido a que la Dirección de Promoción Cultural del GCABA ha enviado una encuesta a nuestro entender tendenciosa a determinada cantidad (incierta) de vecinos con respecto a la realizacion de los carnavales porteños, los representantes de las agrupaciones de carnaval hemos presentado este escrito ante el Programa Carnaval Porteño y la DG de Promocion Cultural.
Solicitamos a los representantes de las diferentes murgas y agrupaciones que informen de esto a todos los integrantes para que sepan y estén informados verazmente de lo que está sucediendo y cómo manejarse y responder.






viernes, 3 de febrero de 2017



La llegada de este febrero me encuentra en un momento que puede por ahí invitar a pensarnos un poco, a ver a nuestro alrededor y seguir caminando para lo que viene.

Querría decirles que estoy entusiasmado, emocionado, feliz, esperanzado con el carnaval como fiesta nuestra de una comunidad que comparte con los vecinos esta fiesta del pueblo; no me fijo en el pasado cercano o en tiempos dónde era de otra manera sino que este 2017 con cierta incertidumbre arranca el carnaval en que las murgas arman, alquilan sonido, ponen buffet, espuma, cuelgan banderines, invitan a otras murgas, reparten los volantes, pegan carteles y los vecinos y vecinas vienen a vernos. Claro que no esta mal  tomar el espacio publico, armar una fiesta popular, me surgen algunas cosas para pensar

¿Qué emprendemos en el barrio para llegar a febrero con un carnaval barrial?

 ¿Qué acciones generamos con nuestros vecinos y vecinas involucrando voluntades? 

¿Qué  diferencia tenemos con aquellos viejos corseros?

 ¿Qué disputa real tenemos con el uso del espacio publico(los 365 días)?

¿Tenemos como murga una militancia de la cultura popular como proyecto o sólo reaccionamos cuando le tiran balas de goma a una murga, por ejemplo?

 ¿Qué agenda de la lucha popular tenemos en común para organizarnos y estar en la calle?

 ¿Lo nuestro es poder tener el mejor traje y la mejor murga para mostrar?

Después de muchos años de militancia, estoy repensando todo y cerca de los 40, ya con 17 años de andar me da por ver para dónde vamos, desde la murga  de la que soy uno de los fundadores hasta el espacio más grande como el Movimiento Nacional de Murgas. Pero pienso, por ejemplo, en la Agrupación Murgas o en la Red de Murgas de San Fernando,  Momo, Karma, Frente Murguero, Carnavaleando los barrios, etcétera y los tantos Encuentros Nacionales que hoy se realizan en el país.

¿Alcanza con marchar el 24 de marzo? Tantas idas y vueltas en los 40 años, me pregunto cuántos seremos este que viene que no tiene “0”.  ¿Podremos, seremos capaces de estar juntos y darle un ejemplo a parte de la sociedad, que la lucha por la memoria, la verdad y la justicia no se trata de quien es más poronga?  Ojalá que si...

Es un tiempo histórico dónde, no sé  ustedes, pero mis vecinos y vecinas están peor que antes, están endeudando al país y nuestros hijos y nietos la van a pasar peor todavía; y nosotros los murgueros y murgueras tenemos una “obligación” histórica, cultural y social de hacer y dar ejemplo porque copamos la calle, disputamos la palabra y le damos a el pueblo que no se maquilla, ni baila, una muestra contundente, de fiesta popular, porque desde hace años los medios le meten miedo, proponen enrejarnos en nuestras casas, que miremos cada vez más tele y nosotros los invitamos a salir al barrio  en un hecho revolucionario de los más importantes de este siglo.

Seguir y ¿de qué manera?  Sin dudas estoy en la idea de hacer siempre dentro de las posibilidades propuestas dignas, de calidad, porque somos capaces en los barrios de generar artísticamente siempre lo mejor que se pueda. Pero entiendo que en lo barrial tenemos que aunar experiencias que han logrado impregnar, contagiar, involucrar concretamente a los vecinos y vecinas porque nos dará más futuro en un tejido social debilitado o roto por estos tiempos.

¿Habrá posibilidad de una agenda común entre las murgas?

Los diferentes espacios organizados de murgas podremos juntarnos el 10 de marzo 2017 para confluir en algunos puntos hacia todo el año?

Hay una propuesta de armar 500 plazas culturales en todo el país con algunas consignas para que se realice el mismo día, a la misma hora. ¿Esto sería posible?

La correlación de fuerzas es fundamental ya que tenemos parada una Ley Provincial de Murgas (Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires) ley que construimos durante 3 años unas 90 murgas del Gran Buenos Aires en 7 plenarios, 100 reuniones y compartiendo los pre proyectos por email y Facebook para llegar a una propuesta que hoy esta cajoneada. Hay que generar en este 2017 ordenanzas de patrimonio cultural o interés municipal que vayan fortaleciéndonos,  respetando la historicidad y territorialidad en cada comuna y municipalidad para llegar a cada poder provincial del país a que en nosotros está la posibilidad en el mediano plazo de construir una Ley Nacional de Carnaval del Pueblo.

Así me encuentra el carnaval, con una mezcla de replantear y proponer nuevas formas de encontrarnos.  Pero encontrándonos de verdad.  Sentí tristeza que el pasado sábado 28 de enero,  al cumplirse 8 años de la desaparición de Luciano Arruga, eramos tan pocos (de mi murga 4) y unos pocos de 5 o 6 agrupaciones de la Ciudad y el Gran Buenos Aires.  Me preguntaba que es lo que nos importa, cuales son las causas por las cuales priorizar nuestras luchas, será que la militancia virtual juega un papel más importante hoy.  Parece que sí.

“La única lucha que se pierde es la que se abandona”.  ¿Cómo seguimos? La idea no es abandonar los senderos por los cuales muchos hemos luchado hace años en cualquier lugar del país, de lo que fuimos capaces de hacer y seguimos tratando de construir. Hace algunos años hablando de Suardi, en un plenario que realizamos en Moreno, vino un colega a decir frente a todos: "Nosotros no vamos a ir más a Suaradio porque se desvirtuó, mucho bardo” o algo así. La respuesta a eso fue: “¿Qué  hicieron ustedes por el encuentro? ¿Le pusieron el cuerpo; se encargaron alguna vez de algo del encuentro?”, Pasa mucho,  hablar, tirar ideas, apartarse de las construcciones.  Creo que es lo más fácil esperar que salga mal desde afuera y dar opiniones cobardes sin nunca haber intentado ir a los pre Suardis, armar, pensar y hacerse cargo de verdad, para criticar o desvincularse de algo de lo cual jamás tuviste la convicción de hacerlo propio.  Esta es la contra propuesta: hacer una agenda común donde las ideas sean acompañadas con el cuerpo, que las acciones contengan el contenido artístico, social, político y cultural que vaya afianzando los fines reales ya que todos buscamos algo en participar de un proyecto emancipador.  Si no al vació de contenido viene la falta de ganas y así nos quedamos sin los aportes que nos enriquecen.

Hoy es un carnaval de transición  porque no es sólo febrero, no es la marcha del 24 de marzo, no es el Campamento Juvenil Murguero, no son los encuentros regionales, Suardi, los encuentros nacionales que se hacen en todo el país.  Si no nos encontramos, si no tiene sentido y no hay un proyecto común primero en una murga, los espacios organizados estamos condenados a ser un grupito de murgueros con buenas intenciones que no alcanza a aportar a desarrollar un carnaval familiar, gratuito, comunitario y participativo.

¡Qué tengan el carnaval que estén buscando, quéseamos felices y nos encontremos con nuestros vecinos y vecinas, qué los murgueros y murgueras busquemos la excelencia con contenido artístico, social y político, salud!

domingo, 7 de febrero de 2016

Quieren que las murgas sean reconocidas como parte del patrimonio cultural bonaerense
3 de febrero de 2016

En vísperas del feriado de carnaval, la diputada del Frente para la Victoria Eva Ramírez, promueve en la Cámara baja bonaerense un proyecto de ley que busca reconocer “al género artístico-cultural denominado Murga como parte del patrimonio cultural de la Provincia de Buenos Aires en los términos establecidos por la Ley Nº 26.118, de ratificación de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial”, dictada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

En los fundamentos, la propuesta de Ramírez adopta la definición, pronunciada por la UNESCO y receptada por dicha Convención, que comprende al patrimonio cultural inmaterial como: “el conjunto de creaciones basadas en la tradición de una comunidad cultural expresada por un grupo o por individuos y que reconocidamente responden a las expectativas de una comunidad en la medida en que reflejan su identidad cultural y social”.

De este modo, la murga es una práctica que adquiere un sentido completo, los bienes hablan de música, danza, creencias y expresiones artísticas. El género identifica a un patrimonio cultural inmaterial formado por un grupo social, que se construye históricamente como resultado de las interacciones y otorga pertenencia a la sociedad que lo originó a lo largo del tiempo.

“Este proyecto fue elaborado conjuntamente con movimientos murgueros nacionales y provinciales, con el fin de reconocer el valor cultural y el rol social de las murgas, generando las herramientas necesarias para que puedan trabajar libremente”, precisó Ramírez.

En línea con ello, la iniciativa dispone que se declare de interés provincial su investigación, preservación, apoyo y difusión. A su vez, instituye que es competencia de la actual Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires (ex Instituto Cultural), en su calidad de autoridad de aplicación, ejecutar acciones en articulación con los municipios para su cumplimiento.

En este marco, la legisladora quilmeña rechazó enérgicamente la represión realizada por la Gendarmería contra la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo” del Bajo Flores, el pasado viernes 29 de enero, mientras los pibes y las pibas estaban ensayando con su director.

Al respecto, Ramírez sentenció: “Repudiamos este hecho lamentable y condenamos el atropello y la persecución contra todo tipo de manifestación cultural. Desde nuestro lugar, defendemos el derecho humano a la libertad de expresión y sostenemos que la violencia nunca podrá ocultar nuestra cultura popular”.

De igual modo, exigió el pleno cumplimiento de la normativa vigente a nivel nacional e internacional en materia de Promoción y Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.

El proyecto de Ramírez también estipula la instauración de un Parlamento Murguero, que cumplirá funciones de consejo consultivo y asesor y estará compuesto por representantes de agrupaciones murgueras, quienes actuarán ad honorem, preservándose en su estructura la representatividad de todos los distritos.

Por último, la norma reconoce “a aquellos municipios de la provincia de Buenos Aires que tengan establecidas como políticas de Estado la promoción y protección de las actividades murgueras y/o carnavaleras en sus respectivos distritos”.

miércoles, 3 de febrero de 2016


CABA
Gendarmería y la Federal reprimieron a niños y adolescentes en Bajo Flores por ensayar para el carnaval

(APL) 16 personas gravemente heridas, de las cuales cinco son niños y dos de ellos están internados con múltiples lesiones en el Hospital Piñeiro, fue el saldo represivo de un operativo conjunto de Policia Federal y la Gendarmería que atacaron a quienes simplemente ensayaban cantos y bailes murgueros para el carnaval. Así, el director de “Los Auténticos Reyes del Ritmo” recibió 14 impactos de bala cuando intentó dialogar con los uniformados. Los hechos ocurrieron en la Villa 1-11-14 de Bajo Flores, el pasado viernes alrededor de las 21 horas. El carnaval, prohibido por la dictadura cívico-militar, volvió a ser delito en la ciudad de Buenos Aires .(Fuente: Por Resistiendo con Aguante Info y ABC en Línea) 

El viernes 29 a la noche, un grupo de vecinos ensayaba con la murga en la manzana 9 de la villa 1.11.14 de Bajo Flores cuando Gendarmería se hizo presente para “retirar un auto abandonado del lugar” con una supuesta denuncia por robo en las inmediaciones del barrio. Sobre la calle Bonorino entre Riestra y Ana María Janner alrededor de las 21 horas, la gendarmería, sin previo aviso y sin causa, interrumpió con disparos de balas de gomas el ensayo de la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo”.

Los vecinos explicaron que no existió motivo ni provocación alguna que explique el accionar irracional de los gendarmes, todo lo contrario. La murga agredida es reconocida por la comunidad por su mensaje de paz y alegría. La gran cantidad de niños participantes confirma esta descripción.


El saldo de este “exitoso operativo de seguridad” fue de 16 personas gravemente heridas, de los cuales cinco de ellas son menores y 2 se encuentran internadas con múltiples lesiones.


La versión de los efectivos de la Gendarmería intenta justificar la reacción oficial y el uso de armas de fuego, alegando un supuesto operativo en marcha. Sin embargo, la situación donde resultaron heridos dos agentes fue posterior a los hechos aquí denunciados.


Prueba de ello son las filmaciones obtenidas de los celulares de los vecinos, que muestran como el director de la murga intenta entablar un dialogo con los oficiales y es recibido con catorce impactos de goma en su cuerpo.


El sábado, las legisladoras del FPV Paula Penacca y Lorena Pokoik se hicieron presentes en el lugar junto a funcionarios deATAJO, la oficina de acceso a la justicia de la Procuración General de la Nación para reunirse con los damnificados, relevar información y poner a disposición las herramientas legales para esclarecer los hechos y buscar respuestas ante los posibles excesos.


Tres niños quedaron muy mal golpeados, de los cuales dos se encuentran internados en el Hospital Piñeiro, uno de ellos con heridas de un disparo arriba de un ojo.


Este recibimiento prematuro y nada feliz del inicio del carnaval por parte de esta fuerza se seguridad nacional reafirma nuestra preocupación por el avance del estado policial en que se ha sumergido al territorio porteño desde el dictado de la emergencia en seguridad y el anuncio del traspaso de la Policía Federal a la Ciudad de Buenos Aires. Represión, gatillo fácil, detenciones arbitrarias, y criminalización de la pobreza parecen ser la nueva moneda corriente de un cambio que propone retroceder el futuro hacia el pasado.